El ayudante Tomás, completamente poseído del demonio, soltó de golpe una silla y se dio la vuelta.
- ¿Eso te dije, diosa? - preguntó riéndose Dios adverso - ¿no recuerdas tus diez mandamientos Sennata?
- ¡Lo recuerdo perfectamente demonio! - le gritó la Diosa Sennata.
- Muerte - exclamó el demonio Dios adverso - recuerda con tus cánticos los mandamientos básicos a estos diosillos celestiales.
- No matarás, no robarás - empezó Muerte su peculiar canción separando las palabras con su peculiar silbido - y no mentirás, no mentirás, no mentirás...
- ¿Por qué estamos todos en los infiernos? - preguntó Ramatán II - No me hagas reír diosilla Senatta.
De improviso, otra tormenta se oyó y Ramatán III desde el infierno superior dijo:
- Queda un hueco para otro humano más. Decídase pronto, mi amo. En breve se cerrará la puerta de conexión entre el mundo humano y el nuestro...
Mientras tanto el dios de los muertos inocentes, el Dios Ratt, bajaba a callar a Muerte su peculiar silbido.
(Continuará...)
(Continuará...)