domingo, 17 de agosto de 2014

CONTINUACIÓN

Ya está, todos embarcados en el avión rumbo a su destino, sus hogares a dos horas y media de vuelo. No es mucho, pero es demasiado lejos para ir de visita los Fines de Semana.

Mi hijo Alfred Segundo y Daniel, son mis hijos varones y siempre me han dado muchas alegrías y satisfacciones, aunque también algún que otro disgusto. Por cierto, he impreso ya hasta el último día de ayer y lo voy encuadernando en el archivador. He puesto el título a mi vida: "Los suspiros se escapan por el horizonte y Alicia sigue mirando con sus prismáticos". Uno muy original y ocurrente, pienso.

Hemos comido en el restaurante del aeropuerto un tentempié mi hija Marisa, mi amado esposo Alfred y yo. Un momento muy triste. Hablamos sobre la educación de mi nieta Andreita y de su añorado esposo André.

-  Mamá, ¿cuándo vas a llevar el manuscrito de tus memorias a la editorial? -Me preguntó Marisa.

-  Todavía no hija -  la respondí yo -  quiero seguir escribiendo en él mis vivencias del día a día. Vosotros también sois los pilares importantes, incluso más que en el pasado.

Hemos pedido nuestros típicos cafés capuchinos con mucha crema. No han pasado ni media hora y ya estoy echando de menos a mis dos hijos. Recuerdo cuando nació el primero. Lo tuvimos con mucha ilusión. Sin duda, le pusimos el nombre de mi gran amor, mi marido Alfred. Se llama como su padre, nuestro gran aliado. Pero al segundo, convencí a mi esposo, para ponerle el nombre de Daniel, rememorando a mi primer novio, Daniel Simith.

Cada vez que veo a mi segundo hijo varón, recuerdo a mi pareja del pasado, pero es sangre de mi querido y amado Alfred Tomson. Es una trampa mía a la cruel y a la par, bendita realidad. Hay dos sentimientos encontrados y enfrentados en mi hijo varón pequeño. La memoria de mi primer amor Daniel, sobre mi bonita historia de una relación de amistad, cariño y complicidad, mi actual esposo, padre de mis hijos. Pero.. ¿quién es mi verdadero amor...?

Me acuerdo ahora mismo de mi añorado Daniel, mi primera pareja cuando me aconsejaba para mi vida:

"- Tienes que ser tu misma. No siempre debe de ser lo que yo quiera. Vuela, sueña, imagina y mañana dime lo que deseas tú con toda tu alma y así lo haremos".

(Continuará...)


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