domingo, 18 de mayo de 2014

CONTINUACIÓN

Ha llegado el día del circo.... Se siente en mi hogar mucha ilusión en los más pequeños de la casa. Mis nietos tienen pintada una gran sonrisa en sus caritas. Mi hija Marisa echa mucho de menos a su Andreita y a su amado esposo André. Se le nota, por ello, una cierta melancolía. Sin embargo, vendrá con nosotros al espectáculo circense.

Nos hemos montado todos en tres vehículos. Mi marido, ha invitado a la cocinera y a la doncella que tenemos para que vengan con sus hijos. Estamos todos muy contentos. Un poco de juventud viene bien para los aburridos fines de semana que solemos pasar Alfred y yo, en la más absoluta monotonía.

En mi automóvil, los niños tienen una pequeña televisión con dibujos animados. Les hemos prohibido hablar para no distraer al conductor. Tenemos dos horas de camino. Yo tengo una novela para leer, hice fotocopias, y las he doblado, de los pasajes remotos más bonitos de mi vida... Los leo con mucho cariño e intento que no se derramen lágrimas por mis mejillas. Se me empañan los cristales de las gafas de lectura. Repentinamente, el coche se detiene en seco, se ha puesto en rojo el semáforo y el de delante no lo ha visto.

-  ¿Estáis todos bien? -  preguntó mi marido preocupado.

-  Sí - respondió mi hija - aquí atrás todos bien.

Mi querido Alfred, me mira y se asegura de que estoy bien. Me sonríe y me hace una amorosa caricia. Yo, vergonzosamente, le devuelvo una tenue sonrisa. Pienso que le estoy robando todo su cariño y que hago un simulacro de felicidad para olvidarme de Daniel Simtith. Continúo leyendo, pero esta vez la novela de best-seller.

(Continuará...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario