viernes, 17 de enero de 2014

CONTINUACIÓN

Por fin ha llegado el día de Noche Vieja. Me da mucha alegría. Ayer llegaron mis tres hijos, Alfred segundo, Daniel y Marisa con todos mis nietos. Vuelve la sonoridad y la luminosidad a mi casa.

Hemos preparado ya el pavo y van a venir a la celebración los Harrows y los Pérez con todos sus hijos. Ésta, sin duda, es el mejor día del año, para mí y para mi marido. Me pregunta a menudo si he sido feliz con él. Yo le contesto que sí, que me ha dado la mayor felicidad de toda mi existencia, a pesar de que echo de menos a todos mi seres queridos y a mi gran amor Daniel Simith, el cual falleció en un accidente de coche a los cinco años de empezar nuestro querer y amor. Nunca comparo a los dos, sería muy injusto para Alfred, mi esposo.

Me voy al aseo y me llevo el diario. Empiezo a leerlo otra vez, un fatídico día como hoy, falleció Daniel. Tenía tan sólo veinticinco años y toda la vida por delante. Entre lágrimas, me pongo las gafas y ojeo las hojas escritas:

"Mi hermana Marie me acompañó  a casa de la Srta. Dexton, mi coartada. Ahí me esperaba, como cada Domingo, Daniel con un gran ramo de flores para mí".

(Continuará...)

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