martes, 24 de diciembre de 2013

CONTINUACIÓN

Llega el día de Nochebuena. Mi marido Alfred se ha cogido vacaciones para estar con nosotros. Han venido mis tres hijos, Alfred, Daniel y Marisa, con todos mis nietos. Hemos pasado este maravillo día en el centro comercial comprando lo necesario para pasar la velada de mañana.

Los niños y yo, hemos puesto el árbol de navidad y lo hemos decorado con bolas fosforitas, que son como les gusta a ellos. Hicieron muchas fotos en las que salían numerosos destellos. Mi hija y yo preparamos los ingredientes para cocinar mañana el pavo.

Estas fiestas son las mejores del año, de nuevo, todos juntos, como antaño. ¡Qué maravilloso momento, lleno de luz, armonía y felicidad! Después, a su marcha, llegará otra vez la tristeza, la melancolía y la nostalgia de su querer.

Después de cenar, nos fuimos todos a dormir. Yo, como cada noche, me dispongo a leer unas líneas de mi diario, de mi vida pasada, de mis vivencias anteriores eternamente recordadas:

"Era sábado, la brisa del delicado aire mecía los árboles de las praderas. Soñé con Daniel Simith, un sueño muy romántico. Mañana, lo volvería a ver y pasearíamos agarrados de la mano otra vez..."

(Continuará...)


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