domingo, 3 de noviembre de 2013

CONTINUACIÓN

Mi hermana Marie cogió su bicicleta y fue pedaleando con gran energía, se dirigía al hospital a buscar al enfermero. Ella conocía mis sentimientos hacia él y sabía que terminaría su turno en un cuarto de hora. Cuando llegó, el joven ya había cogido el autobús de regreso, mi hermana iba detrás gritando:
-¡Deténgase! ¡Al del autobús, párese!

Un coche negro, que iba en dirección contraria, le indicó al conductor que había una loca en bicicleta intentando detenerlo. Aparcó el autobús en una salida de emergencia para vehículos estropeados. Marie se apeó y subió corriendo, se dirigió a mi gran amor y le dijo:
-Soy Marie, hermana de Alicia, somos las visitantes del eterno enfermo del hospital. Te quiero invitar a una fiesta que hay en mi casa. ¡Sin rechistar!
-¿dón... dónde vives? - preguntó titubeando muy sorprendido - ¿hay trasporte de vuelta? Yo vivo en el pueblo de al lado.
- Vivimos en una casa a las afueras en las colinas, no te preocupes por tu regreso. Te acercará nuestro chófer,pero vente por favor-  lo suplicó mi atrevida hermana -  ¿por cierto, cuál es tu nombre?
-Me llamo Daniel, Daniel Simith. Está bien, iré a la fiesta - contestó extrañado y perplejo por la situación.

Se apearon los dos y fueron hacia mi casa.

Por fin, he encontrado en estas lineas de los pasajes de mi vida su nombre, Daniel Simith, mi primer amor de juventud... Quiero seguir leyendo, es ya muy tarde y he bajado la intensidad de la lámpara para no molestar a mi querido y amado esposo, leeré varias páginas más, varios capítulos más de mis vivencias y recordarlo todo en mi anciana mente y volver a revivirlo todo, aunque sea tan sólo una vez más...

Llegó mi hermana con el joven apuesto y lo sentó al lado mío en el sofá y entablamos la más bonita conversación que jamás haya tenido nunca.

(Continuará...)


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