martes, 30 de abril de 2013

CONTINUACIÓN

Los indios Joux llegaron deslizándose por sus tierras hasta llegar a la tienda de campaña del gran chamán, Trausito, brujo indio de los Jam. Lo secuestraron entre los enviados y volvieron a su poblado, cubriéndose todos con una lona para protegerse de la lluvia.

Trausito tenía poderes y con sus rezos indios, se ponía en contacto con sus Dioses con sus conjuros, y podía adivinar lo que pensaba el contrincante y predecir el mañana. Hacía magia y sus hechizos eran muy poderosos. Tanto es así, que al poblado de los Jam, lo llamaban el pueblo indio maldito. Nadie se atrevía ir ahí.

Un día, cuenta la leyenda, que por esas tierras, un cazador furtivo fue de caza. El brujo chamán le mandó un conjuro maligno por haber matado un elefante, para conseguir su diente de marfil y venderlo al mejor postor. El conjuro citaba así:

- Por el poder de todos mis ancestros, te mando aquel mal y que se te meta dentro. Tendrás un fin fatal y los invoco y te caerás en el centro.

El cazador salió como de costumbre y se lo tragaron las tierras movedizas de la ladera. Por ese motivo, nadie quería hacer malos negocios con los Jam.

Llegaron los indios y el hechicero al poblado de los Joux y ataron al brujo, querían que invocase a sus Dioses para asuntar al dueño de la petrolera. Se lo había mandado John, por un código morse desde un tambor que tenía en su pura sangre.

Con los Dioses en contra, los accionistas de la petrolera cederían a cualquier petición.

(Continuará....)

martes, 23 de abril de 2013

CONTINUACIÓN

Carles Jonas, el cajero del banco, se deslizó por la cuerda y le agarraron Tom y John al llegar al suelo. Seguía lloviendo con gran fuerza. Esas tormentas eran habituales en la comarca, durarían como mínimo una semana.

Los indios Joux, desde su campamento, al otro lado de la montaña, se percataron de los tambores de los Jam y decidieron ir algunos guerreros a pie, a su poblado y capturar al gran Chamán, que le llamaban Trausito.

El Sr. Formant, el dueño de la petrolera, paralizó la salida de sus hombres por la torrencial lluvia que caía y decidió mandar a la radio del banco de Tito Robbins, un mensaje de código morse que citaba así:

- ¿Qué... pasa... en... banco... y... dónde... está Tito... Robbins?... urgente

El banco, para ganar tiempo, les contestó con la radio diciendo:

-No... llega... bien... la... señal... enviar... después... de... lluvia.

De improviso, cayó un rayo e incendió el pajar de al lado de la iglesia.

(Continuará...)

martes, 16 de abril de 2013

CONTINUACIÓN

La diligencia salió rauda y veloz por la carretera principal mientras que los tambores indios de los Jam se aproximaban cada vez más.

John y Tom cerraron la puerta de la iglesia atravesándola con un madero. No podían hacer ninguna señal con el humo a sus amigos, los Joux. La otra tribu, la descifrarían y tampoco querían hacer el código morse, con los disparos de fusil para no marcar su posición.

Al otro lado de la comarca, a las afueras de la Gran Ciudad, el sr. Formant, dueño de la petrolera, mandó a dos de sus hombres averiguar que pasaba en el banco de Tito Robbins, mientras que sus banqueros se extrañaban de la tardanza de Carles Jonas y de los dos mafiosos de la mafia del capo Rotate tristemente desaparecido.

Jonas Carles, el cajero del banco, preocupado por la cercanía de los tambores, quería bajar del campanario urgentemente, la altura era demasiado alta para saltar, se dascalabraría sin duda y pidió ayuda a los ciudadanos de Cotand Land. Tom, el sheriff de dicho pueblo, decidió coger una cuerda de su caballo y engancharla al madero de la puerta, lanzó el otro extremo hacia el aislado banquero.

- ¡Carles! - gritó Tom - coge la cuerda y átala a la campana con fuerza. Te lanzaré también mis esposas y su llave.
- ¿Y qué hago yo con las esposas? - preguntó Carles Jonas muy sorprendido.
- Las usarás como poleas - respondió el sheriff - abrelas con la llave, engánchalas a la cuerda y deslízate por ella. John y yo te agarraremos cuando llegues al suelo.

De improviso, otra de las típicas tormentas llegó de nuevo a toda la comarca y empezó a diluviar con mucha fuerza.
- Nos vendrá bien - dijo Tom - los Jam no podrán avanzar con esta lluvia y ganaremos mucho tiempo.

(Continuará...)

martes, 9 de abril de 2013

CONTINUACIÓN

Llegó Tom con el médico y los ayudantes de éste en la diligencia a la iglesia. Subieron al mafioso y a su compañero dentro y dijo el conductor que conducía el carruaje:
- Lo que no sé es cómo vamos a bajar al otro del campanario. Ya se avisó del estado de la escalera. ¿Para qué ha subido usted al campanario? - preguntó - ¿iba a marcar usted algún fallecimiento?
- Yo no he oído campanas, he oído disparos de rifle - apuntó el médico.
- Los disparos ha sido el del traje y el sobrero - apresuró a contestar John - es un código morse para avisar de que tenemos un hombre incomunicado.
- ¿Y quién va a venir a socorrerle? - preguntó de nuevo el conductor.
- Los comisarios de la Gran Ciudad - contestó uno de los capos.
- Estarán aquí al anochecer, es mejor... dijo otro pasajero de la carroza interrumpido por Tom bruscamente.
- ¡Silencio!... ¡Tambores indios! - dijo susurrando Tom - La tribu de los  Jam. Meteros sigilosamente en la iglesia. Los de la diligencia, partan ustedes inmediatamente a galope y métanse por la carretera principal.

Los indios Jam se acercaban cada vez más.

(Continuará...)

martes, 2 de abril de 2013

CONTINUACÍON

Cayeron todos estrepitosamente al suelo y un mafioso se rompió una de sus piernas. El resto, salió ileso de la caída a pesar de la altura del campanario. Tom, John y el otro capo fueron a socorrer al malherido.

Carles había quedado incomunicado. Fue Tom a galope en su pura sangre a buscar al médico de la comarca, mientras, que John inmovilizó la pierna al herido y el otro capo hizo un código morse con los disparos de su rifle, para comunicar lo sucedido a sus compañeros.

Jim se reponía en Cotand Land, había conseguido que Tito Robbins le hiciera socio del tranvía a cambio de invertir en su banco parte de las ganancias de la venta de sus Jeans y darles un aval del veinte por ciento al año.

Todo estaba bien pero la petrolera empezaba a sospechar que algo misterioso estaba pasando.

(Continuará...)