Por otro lado, los tres trabajadores llegaron ya a la ciudad de la Mafia del Capo Rotate, se dirigieron a la puerta dieron tres golpes con los nudillos y ésta se abrió sigilosamente.
- Diga las palabras claves - preguntó el mafioso guardián de la puerta.
- El pajarito trina y la tiniebla desaparece, tic, toc dijo el cuco del reloj del campanario - respondió uno de los tres trabajadores.
- ¿Quienes sois? - preguntó el mafioso.
- Los tres de antes - respondió uno de los trabajadores.
- ¿Tenéis el resto del dinero? - volvió a preguntar el mafioso.
- No lo tenemos - dijo otro trabajador - Por favor, es que han secuestrado a nuestro subdirector en el banco. Hay diez indios Joux.
- Sin el dinero no... - continuó el mafioso.
- ¡Abre la puerta, Rocoroto! - gritó un señor desde dentro con voz ronca.
El mafioso Rocoroto abrió la puerta y un señor bajo con un sombrero calado se acercó.
- Vamos a ir veinte hombres a caballo al banco, pero triplicamos la suma de dinero - contestó el Capo Rotate.
Todos se dirigieron a caballo hacia el banco.
Mientras el médico había muerto y Jim seguía desmayado.
(Continuará....)
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